Encuentra tu lugar ideal para estudiar
El lugar donde estudies afecta a tu rendimiento, eso es algo real, ya que si decides estudiar en un lugar donde la televisión está prendida o se escucha el ruido de los autos pasando por la calle, será muy difícil para ti estar concentrado y estudiar, al contrario, puede que te estreses mucho más por la cantidad de ruido que hay.
Incluso, tu propia habitación puede que no sea un lugar adecuado para estudiar, ya que muchas veces nuestra habitación la relacionamos con dormir y descansar, por lo que agarrar un libro y comenzar a estudiarlo puede que sea complicado. Es por ello que es recomendable tener un lugar de estudio fuera de tu habitación que tú mismo puedas identificar como tu lugar de estudio, donde tú puedas llegar, sentarte y decir, “ok, momento de trabajar”.
Asegúrate que el lugar que escojas tenga lo más que se pueda de luz natural, que tenga una silla cómoda ya que es bastante probable que pases largos ratos sentado, y algo que es muy importante es que tengas todo a la mano, para no tener que pararte a cada rato a buscar cualquier material que te haga falta, como lápices, libros, libretas, etc.
De igual forma, es importante que el lugar que escojas para estudiar sea limpio y ordenado, donde únicamente tengas las cosas que necesitas para estudiar, no más y no menos, para así minimizar las distracciones.
Toma descansos
Algo importante es el tomar descansos de forma regular para evitar saturarte y fatigarte. Haz pausas de 5 o 10 minutos para estirarte, tomar agua, para caminar, o simplemente para relajarte unos minutos y desconectarte del estudio. Por más que tengas que estudiar, intenta tomar estos descansos, ya que son de igual importancia que estudiar. Recuerda que tomar descansos le permitirá a tu cerebro poder descansar y recuperarse, ayudando también a la memoria y a la capacidad que tenemos para retener información.
Es importante tener en cuenta que los descansos no deben ser demasiado largos ni demasiado frecuentes, ya que esto puede interrumpir el flujo de trabajo y afectar negativamente la productividad. Puedes usar la Técnica Pomodoro, la cual divide tus sesiones de estudio en periodos de 25 minutos de trabajo seguidos de 5 minutos de descanso. Luego de 4 sesiones, podrás tomar un descanso más largo el cual será de 20 minutos. Es importante mencionar que el tiempo que uses para descansar debe ser tiempo que uses para relajarte, evitando lo más posible agarrar el celular y revisar tus redes sociales.
Sé flexible
Conforme establezcas tu rutina de estudio te darás cuenta qué te funciona y qué no. Tal evz pensabas que estudiar en la tarde era mejor ya que no tenías más pendientes, sin embargo al hacerlo te diste cuenta que realmente no te logras concentrar y que te cuesta mucho, por lo que puedes decidir hacer cambios y estudiar por la mañana, ya que es cuando tienes más energía y retienes mejor la información.
No te limites a obligarte a quedarte con la rutina que estableciste en un principio, ya que pueden surgir imprevistos en los cuales tengas que usar tu tiempo de estudio para hacer otra actividad. Recuerda que todos tenemos maneras diferentes de aprender, por lo que ser flexibles con nosotros mismos y nuestros horarios será de gran ayuda para llegar a una rutina sana, donde se pueda equilibrar bien la parte académica con la personal.
Recuerda complementar la rutina sana de estudio con una rutina sana en tu vida personal. Haz ejercicio, duerme 8 horas diarias, no pases mucho tiempo en las redes sociales, ten una dieta balanceada, deja la comida chatarra, etc.
Por último, es importante mencionar que no podrás crear el hábito o tu rutina no será perfecta de un día para otro, sino que requiere de perseverancia y compromiso para poder llegar a balancear estos aspectos de tu vida. No te frustres por no ver los resultados que deseas de un día para otro, sino que celebra los pequeños logros que vayas consiguiendo, día a día. Motívate, celébrate y siéntete orgulloso de ti mismo por dar el primer paso al cambio que quieres.